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La ciberseguridad enfrenta su mayor amenaza: la falta de talento existente bien gestionado

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Colombia avanza a un ritmo de adaptación tecnológica vertiginoso. Esta aceleración en la demanda de infraestructura y servicios digitales debería traducirse en una explosión de oportunidades laborales y en un fortalecimiento de su capital humano. Sin embargo, esta ola de progreso oculta una profunda crisis de talento.

Mientras Colombia se digitaliza, miles de posiciones tecnológicas quedan vacantes. El dato es contundente: FEDESOFT estima que cerca de 45.000 vacantes laborales del sector no pudieron ser cubiertas. Esta brecha es crítica, particularmente en roles de alta especialización como la ciberseguridad.

“La tecnología es fundamental, y un multiplicador en la ecuación es contar con capacidades que integra tanto habilidades técnicas como visión estratégica. Aquellos que combinan competencias blandas y el conocimiento técnico son los aliados clave para responder con agilidad y efectividad a los desafíos cibernéticos actuales” afirma director de Ciberseguridad de Axity.

La competencia técnica en ciberseguridad

En una dinámica empresarial en la que la integración digital es el común denominador, las organizaciones además de innovar necesitan tomar alternativas para proteger su operación. Este contexto exige la consolidación de sistemas sólidos y resilientes, cuya seguridad no puede ser un accesorio, sino un cimiento estratégico.

En el complejo ecosistema de riesgos actuales, la simple inversión en tecnología no es suficiente. Es el talento humano el que transforma la capacidad pasiva de una herramienta en una estrategia efectiva.  Axity ha identificado el conjunto de habilidades que los expertos en ciberseguridad deben dominar para no sólo reaccionar, sino también para responder con éxito a los desafíos cambiantes que definen el panorama de amenazas de hoy.

–        Dominio de redes y sistemas operativos

Un especialista debe comprender la arquitectura y los protocolos de red a profundidad. Sin este conocimiento, es imposible identificar puntos débiles o rastrear un ataque de manera efectiva.

–        Programación y automatización

Aunque no todos los roles exigen ser un desarrollador full-stack, conocer lenguajes es una enorme ventaja. Estas habilidades permiten automatizar tareas repetitivas, analizar código para identificar vulnerabilidades en aplicaciones y desarrollar scripts personalizados para la respuesta a incidentes.

–        Seguridad en la nube y gestión de riesgos

La seguridad en plataformas como AWS, Azure y Google Cloud es una de las habilidades más demandadas. Esto implica un conocimiento específico en la configuración segura de servicios, criptografía, administración de identidad. El enfoque debe ser siempre basado en riesgos, priorizando los esfuerzos donde el impacto al negocio es mayor.

Las habilidades blandas para entornos de ciberseguridad más complejos

Las amenazas modernas son híbridas: combinan fallos de código con errores humanos, procesos vulnerables y decisiones estratégicas deficientes. Por lo tanto, el verdadero valor del talento reside en las habilidades blandas (soft skills), que son las que transforman a un técnico competente en un líder de la defensa digital

“Una de las principales habilidades en materia de ciberseguridad es la capacidad de pensar estratégicamente como el adversario. Para esto el profesional necesita desarrollar una curiosidad insaciable, que lo impulsa a cuestionar sistemáticamente la seguridad de un sistema y a buscar fallas donde otros perciben estabilidad” explica el experto.

Esto se completa con un riguroso pensamiento crítico, fundamental para no aceptar un dato o una alerta sin someterlo a una verificación exhaustiva. Y por último, la resolución de problemas complejos, crucial para abordar incidentes de seguridad que son a menudo ambiguos y exigen soluciones creativas y eficaces.

Así mismo, es esencial que el profesional traslade el riesgo técnico a un lenguaje de negocio comprensible para el equipo directivo, y que coordine las acciones con otros departamentos como desarrollo, marketing u operaciones. Además, el trabajo en equipo es vital, ya que los incidentes de seguridad grandes y complejos siempre exigen la coordinación inmediata de múltiples áreas haciendo de la colaboración la clave para una Respuesta a Incidentes (IR) rápida y, sobre todo, efectiva.

La ciberseguridad nunca se detiene, pues los atacantes innovan sus métodos a diario. Por ello, el profesional exitoso es aquel que se adapta rápidamente a nuevas herramientas y formas de defensa, y que nunca deja de aprender. Esto significa tener un compromiso inquebrantable con la actualización profesional permanente, invirtiendo en conocimiento y certificaciones de prestigio. La clave es el estudio constante de las nuevas amenazas y tendencias para poder mantenerse siempre un paso adelante del ataque.

La industria de la ciberseguridad busca profesionales que no solo dominen las herramientas técnicas, sino que también posean la mentalidad adecuada para la lucha constante contra el crimen cibernético. Es esencial promover una cultura donde el aprendizaje continuo, la colaboración multidisciplinaria y la proactividad sean los pilares para proteger los activos más valiosos de las organizaciones y los clientes.