Las alianzas educativas empresariales representan una herramienta poderosa que impulsa el desarrollo tanto de las compañías como de las instituciones. En esta coyuntura, la colaboración de diferentes sectores para fomentar la educación técnica y superior se ha vuelto esencial. Se trata de acciones con las que se busca establecer diferentes líneas de capacitación a los estudiantes, las cuales ofrecen herramientas a los futuros profesionales para afrontar los desafíos del mercado laboral actual.
En ese sentido, Schneider Electric tiene actualmente más de 100 alianzas educativas a nivel Sur América y 7 localizadas en Colombia en las principales ciudades, Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. La compañía líder en la transformación digital de la gestión de la energía y la automatización ha comprendido la importancia de invertir en la formación de talento desde las etapas más tempranas de la educación.
El objetivo principal de estas alianzas con diferentes instituciones educativas como Centro de Capacitación Don Bosco y la Escuela Tecnológica Instituto Técnico Central es brindar la oportunidad de educación tecnológica a personas que, por diferentes razones, no pueden acceder a los programas de formación. Dentro de los principales focos educativos está la tecnología, innovación y empoderamiento femenino en la industria tecnológica.
«En Schneider Electric, creemos firmemente en el poder transformador de la educación y en la importancia de colaborar estrechamente con las instituciones educativas para preparar a las futuras generaciones con las habilidades necesarias para liderar el cambio en el mundo. Nuestras alianzas reflejan nuestro compromiso con el desarrollo del talento y la promoción de la innovación. Estamos orgullosos de contribuir al crecimiento y éxito de la comunidad educativa» Javier Ortíz, presidente del clúster Andino Norte (Colombia, Ecuador y Venezuela) de Schneider Electric
A través de su compromiso con la educación, Schneider Electric no solo contribuye al desarrollo de habilidades técnicas específicas, sino que también fomenta la innovación, la creatividad y el espíritu empresarial entre los estudiantes. Al establecer colaboraciones con instituciones educativas, la empresa se ha propuesto diseñar programas de formación adaptados a las necesidades del mercado y proporcionar recursos, mentores y oportunidades de prácticas que enriquecen la experiencia educativa de los estudiantes.
En Colombia, uno de los casos de éxito más destacados ha sido con Don Bosco, en Medellín. Han apoyado a esta institución para incrementar la participación de jóvenes en programas técnicos no tradicionales. El proyecto de energía solar, basado en una microgrid y un banco didáctico, ha tenido un impacto significativo. No solo ha aumentado las oportunidades de empleabilidad de los estudiantes en empresas aliadas de la región, sino que también ha incentivado la transición energética del propio instituto. Hasta la fecha, se han capacitado a aproximadamente 600 estudiantes, con el objetivo de alcanzar 3,000 más para el cierre de 2026.
Además, en Ecuador, la alianza con ACTEC es la más antigua en la región NAC. A través de estos programas, han sido testigos del crecimiento de la fundación y de sus estudiantes, transformando sus vidas y desafiando los caminos predeterminados que muchos enfrentaban. Schneider Electric está cerca de alcanzar los 1,900 estudiantes beneficiados, marcando un hito en nuestro compromiso con la educación y el desarrollo sostenible.
“Como organización, estamos abiertos para establecer nuevas alianzas con nuevas entidades educativas. Más aún, si se tiene en cuenta que con esta iniciativa, buscamos beneficiar a estudiantes de las principales ciudades y de municipios y áreas remotas. Un elemento que nos permite garantizar una preparación óptima de los graduados, fortaleciendo así su integración en el mercado laboral y su contribución al éxito empresarial «, completa Ortiz.
En resumen, las alianzas educativas empresariales, como las promovidas por Schneider Electric, son cruciales para el desarrollo socioeconómico sostenible. Al unir fuerzas, el sector empresarial y el educativo pueden impulsar la innovación, mejorar la empleabilidad de los jóvenes y fortalecer la competitividad de las empresas en un mundo globalizado y en constante cambio.