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Inyectables para bajar de peso: ¿es esta la solución para la obesidad?

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Woman doing insulin injection

La obesidad, una epidemia global que afecta la salud y la calidad de vida de millones de personas, ha encontrado un nuevo aliado en el tratamiento. Según el reporte «Inyectables para bajar de peso: El auge de los fármacos GLP-1» de Swiss Re, una clase de medicamentos conocidos como agonistas del receptor GLP-1. Estos medicamentos han demostrado ser efectivos no solo para el control de la glucosa, sino también para la pérdida de peso, lo que ha generado interés en su uso para el manejo de la obesidad.

Los fármacos GLP-1, como semaglutida (Ozempic® y Wegovy®) y tirzepatida (Mounjaro® y Zepbound®), han mostrado resultados importantes en la reducción de peso en personas con obesidad o sobrepeso. En estudios clínicos, los participantes tratados con semaglutida lograron una pérdida de peso promedio de 16,1 kg, mientras que aquellos tratados con tirzepatida perdieron en promedio 27,6 kg.

En comparación con los placebos, estos medicamentos reducen significativamente el peso corporal, el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura. Cabe resaltar que las personas necesitan establecer cambios en sus estilos de vida para que estos efectos se mantengan a largo plazo.

Aunque los agonistas del receptor GLP-1 ofrecen una nueva esperanza en la lucha contra la obesidad, es necesario mencionar que existen algunos desafíos. Los efectos secundarios gastrointestinales, como náuseas y vómitos, han llevado a que un tercio de los usuarios abandonen el tratamiento en el primer mes. Además, los costos elevados de estos fármacos, que pueden superar los $1,000 dólares al mes en algunos países, dificultan su acceso para muchos pacientes, lo que podría aumentar las desigualdades en salud.

Finalmente, de acuerdo con Swiss Re, para las aseguradoras, los medicamentos GLP-1 podrían mejorar la salud de los asegurados al reducir la morbilidad y mejorar los resultados a largo plazo en cuanto a mortalidad. Los datos iniciales sugieren que estos medicamentos podrían tener un impacto positivo en la reducción de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, las aseguradoras deben monitorear de cerca los resultados a largo plazo de estos tratamientos para ajustar sus políticas y estrategias de suscripción.