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Conectividad en Colombia: ¿dónde está y hacia dónde va?

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La conectividad es ese habilitador que está detrás de muchas de nuestras acciones cotidianas. Desde usar plataformas de streaming, hacer trámites bancarios por medio de un app, tener una teleconsulta con un médico especialista e incluso desarrollar de forma virtual cursos y carreras profesionales en las mejores universidades del mundo.

En resumen, a través de esta solución es posible la transformación digital de las empresas, de los servicios que estas prestan y por tanto de la sociedad. Sin embargo, y de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la realidad es que América Latina en materia de conectividad aún tiene muchos impedimentos.

Más aún, cuando aún existe una gran brecha que dificulta alcanzar estándares que respondan a una dinámica de trabajo, empresarial y social que necesita un entorno conectado y comunicado para su funcionamiento. ¿A qué se debe esta dificultad y cuál es el potencial de desarrollo en nuestro país? Le contamos.

¿Existe conectividad masiva en Colombia?

Uno de los principales retos de Colombia es el de garantizar la mayor conectividad en el territorio. De acuerdo con la Encuesta de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en Hogares (ENTIC Hogares 2021), la proporción de hogares conectados fue de 70% para cabeceras y 28,8% para centros poblados y rural disperso. Hubo zonas del país como Bogotá con una proporción de conectividad del 81,5%, en contraste con departamentos como Vichada que registraron un 4,6%.

Son varios los factores que inciden en esta situación. Por un lado, los costos de conexión (un 48,6% así lo piensa) y las condiciones de la infraestructura que se han destinado para garantizar una red eficiente. De hecho, no todos los colombianos contaban con una calidad óptima en el servicio: solo el 19,3% de los hogares contaba con una velocidad máxima de conexión entre 30 y 100 megas.

“En este escenario, es fundamental que tanto desde el Gobierno como desde la industria se reestructuren las estrategias para ampliar las condiciones de conectividad. En el país, es necesaria una inversión importante, una infraestructura robusta y sobre todo un equipo especializado que implemente estas herramientas” afirma Lorena Rodríguez, directora de operaciones de Axity Colombia.

Para Rodríguez, en el mundo digital en el que vivimos, cada vez dependemos más de una conexión a internet que cuando falla, se hace evidente la necesidad de equipos de trabajo que permitan que el servicio no sea interrumpido y se minimice el impacto a los usuarios.

A causa de la acelerada transformación digital de las organizaciones tras la pandemia, se ha evidenciado una oferta reducida de talento de tecnología frente a las demandas diarias de las empresas y sus usuarios finales.

Entre las especialidades en tecnología requeridas actualmente, la mano de obra en conectividad se ha precarizado debido a varias razones. Una de ellas es porque son más valorados los perfiles en ciberseguridad, nube u otras especialidades en tecnología.

A su vez, las compañías extranjeras contratan mano de obra del país y para el profesional colombiano estas ofertas, en dólares, resultan más rentables gracias a la tasa cambiaria. En ese sentido, según Rodríguez, “el talento colombiano es muy valorado por su nivel de competitividad. De ahí la importancia de las iniciativas para abordar al talento nacional antes de entrar al mundo profesional y que contribuyan a las necesidades tecnológicas del país”.

En medio de la pandemia, la conectividad fue clave alrededor del mundo pues permitió que muchas empresas y trabajadores se acoplaran al trabajo híbrido. En este sentido, varias organizaciones tuvieron que contratar toda una infraestructura tecnológica experta.

Empresas como Axity han permitido que las organizaciones o compañías en diversos ámbitos productivos se dediquen a su negocio o prioridad principal y confíen a otro sus soluciones de conectividad.  “Tenemos el caso de una universidad cuyo propósito es servir a la comunidad universitaria y a la sociedad en general. Por eso a través de toda una infraestructura de conectividad no solo es posible abrir las puertas del campus a través de Internet o ubicar en el campus a los estudiantes nuevos; también los vecinos y los habitantes aledaños a la universidad se benefician de este servicio óptimo y finalmente estas soluciones construyen un tejido social por medio de la transformación digital” apunta Rodríguez.

En Colombia, se están enfocando esfuerzos en la implementación de 5G, un término para hablar de una red móvil de vanguardia que permitirá mayor velocidad, capacidad y mejor rendimiento en tiempos de recepción o envío de datos. Si bien hay pruebas piloto en algunas ciudades del país, la red 5G aún no está implementada en Colombia. De hecho, en una encuesta de Statista se evidencia que el país ocupa el séptimo lugar (4%) en participación en conexiones móviles de quinta generación (Brasil y México lideran con el 20 y 14%, respectivamente).

Más allá de la futura implementación de un 5G y del impacto positivo que este tendrá en la sociedad, la conectividad también está en manos de todos. Con una conectividad garantizada, otras tecnologías como la ciberseguridad, el Internet de las Cosas, el análisis de datos y la inteligencia artificial son posibles. Es por eso que es vital un uso eficiente y apropiado. “De nada sirve que exista un acceso, si no garantizamos una adopción correcta de la tecnología, que sea segura y consciente. En cualquier caso, cualquier persona u organización es vulnerable, de ahí la importancia de la capacitación en el uso”, asegura Rodríguez.