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De subestimada a indispensable: la educación para el trabajo y desarrollo humano como motor de oportunidades

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En Colombia, la educación técnica ahora conocida como educación para el trabajo y el desarrollo humano – ETDH, representa una oportunidad significativa para miles de jóvenes y adultos que buscan una formación económicamente accesible, práctica y aplicable directamente al mercado laboral.

Este tipo de educación, a pesar de haber sido subvalorada durante muchos años, está ganando reconocimiento. De hecho, de acuerdo con el Sistema de Información de la Educación Para El Trabajo y el Desarrollo Humano – SIET, En el año 2023, el total de estudiantes matriculados en estos programas ascendió a 1,648,692, mientras que el número de graduados fue de 567,318.

Además, según el SIET, en 2023 el número total de programas activos de ETDH fue de 24,427, distribuidos entre 4,293 instituciones educativas activas. Adicionalmente, de las 89 universidades registradas en el SNIES, el 60 por ciento ofrece estos programas.

Esto también se refleja en la transición de la denominación de «técnico laboral» a «educación para el trabajo y el desarrollo humano», la cual no es solo nominal, sino que muestra un enfoque más respetuoso hacia la formación profesional que va más allá del aprendizaje de habilidades técnicas, enfocándose también en el desarrollo integral del individuo.

En este contexto, Álvaro Andrés Jaramillo, líder de la Escuela de Formación para el Trabajo y el Desarrollo Humano en Ucompensar, institución que se destaca por su enfoque proactivo en la educación ETDH resalta 5 beneficios de la educación para el trabajo y el desarrollo humano que nos ayudan a comprender la importancia de este tipo de educación:

1. Mejora de las habilidades laborales: la educación ETDH proporciona habilidades técnicas y prácticas necesarias para desempeñar trabajos específicos, aumentando su competencia y empleabilidad.

“El plan de estudios en Ucompensar está diseñado para ser riguroso y relevante, con un fuerte énfasis en la práctica. Los estudiantes participan en proyectos reales y pasantías que les permiten aplicar lo aprendido en escenarios reales, lo cual es una parte integral de su formación”, precisa Jaramillo.

Adicionalmente, según cifras de la Fundación Empresarios por la Educación, el 97% de los jóvenes entre los 12 y 28 años estudian para mejorar sus habilidades laborales y mejorar sus condiciones socioeconómicas.

2. Aumento de oportunidades de empleo: al adquirir formación especializada, las personas tienen más probabilidades de encontrar empleo en su área de estudio, ya que se vuelven más atractivos para los empleadores que buscan candidatos con habilidades específicas. Además, esta educación abre oportunidades laborales en el extranjero, lo que a su vez se relaciona con la posibilidad de obtener salarios más altos.

“La ETDH ofrece rutas más cortas hacia la empleabilidad, con programas que suelen durar entre uno y dos años, permitiendo a los estudiantes ingresar rápidamente al mercado laboral con habilidades que son altamente demandadas por las empresas locales e internacionales. Además, en universidades como UCompensar, logran adquirir experiencia laboral certificada por un año”.

3. Desarrollo personal y profesional: la educación para ETDH no solo mejora las capacidades técnicas, sino que también fomenta el crecimiento personal y profesional, ayudando a las personas a desarrollar una ética de trabajo sólida, habilidades de comunicación y trabajo en equipo.

Además, ofrecen flexibilidad en términos de horarios y modalidades de estudio, haciendo que esta educación sea accesible para un mayor número de personas.

4. Adaptabilidad al mercado laboral: este tipo de educación permite a las personas adaptarse a los cambios y demandas del mercado laboral, preparándolos para nuevas tecnologías y procesos, lo cual es crucial en un entorno laboral en constante evolución.

“Nuestra misión es formar no solo técnicos, sino líderes capacitados para adaptarse y transformar el mercado laboral”, enfatiza Jaramillo.

5. Contribución al desarrollo económico y social: al formar una fuerza laboral más calificada y productiva, la educación ETDH contribuye al crecimiento económico del país y mejora la calidad de vida de las personas y sus comunidades, promoviendo el desarrollo sostenible y la equidad social.

Finalmente, se resalta que invertir en educación ETDH es fundamental no solo para el desarrollo personal, sino también para el progreso económico del país. Además, la educación técnica también juega un papel crucial en la movilidad social, ofreciendo oportunidades para aquellos en sectores menos privilegiados de la sociedad, abriendo puertas a empleos estables y bien remunerados que promueven una mejor calidad de vida.