La creciente acumulación de residuos plásticos, mal gestionados, no solo afecta los ecosistemas, sino que también representa un costo ambiental estimado en USD 300 millones, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Darle una segunda vida al plástico se perfila como una estrategia clave para mitigar su impacto y avanzar hacia un modelo más sostenible.
Aunque comúnmente se percibe como un material de un solo uso, el PVC (policloruro de vinilo), un tipo de plástico ampliamente utilizado en múltiples industrias es en realidad altamente reciclable. Gracias a su durabilidad, puede ser reutilizado hasta siete veces sin perder sus propiedades originales. Esta característica lo convierte en una alternativa eficiente para reducir la generación de residuos, conservar recursos naturales y disminuir significativamente la huella de carbono asociada a su producción.
«La lucha contra la contaminación plástica exige un cambio de paradigma, y el PVC representa un ejemplo claro de cómo la economía circular puede generar un impacto positivo y medible. Al promover el reciclaje de PVC, no solo estamos desviando residuos de nuestros vertederos y océanos, sino que estamos creando un ciclo de vida virtuoso que apoya la sostenibilidad y la innovación», afirma Yurani Palacios, gerente de Responsabilidad Social de Pavco Wavin para Colombia.
Por eso, es crucial que la industria invierta en infraestructuras y tecnologías que permitan el reciclaje eficiente del PVC, al tiempo que los consumidores adopten hábitos más responsables en la separación de residuos. Solo a través de una acción conjunta y coordinada será posible aprovechar al máximo el potencial de este plástico reciclable y avanzar hacia un futuro con menos contaminación y mayor sostenibilidad.
El reciclaje y reincorporación del PVC en nuevos productos tiene un impacto directo en la reducción de residuos de gran volumen y en la promoción de una construcción más sostenible.
Hay que destacar el caso de este material puede ayudar a cambiar la percepción pública sobre los plásticos, fomentando una mentalidad de «recurso» en lugar de «desecho» para materiales con alto potencial de reciclaje.
Colombia se posicionó como pionera en América Latina al ser el primer país de la región en adoptar una estrategia nacional de economía circular, según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI). Esta iniciativa marca un paso clave hacia un modelo de desarrollo más sostenible y resiliente, con la meta de convertirse en referente regional para el año 2030.
La estrategia promueve acciones concretas como la reducción en la generación de residuos, el uso más eficiente de los recursos naturales, el impulso al ecodiseño y la implementación de modelos de negocio circulares. Además, busca fortalecer la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), comprometiendo a las empresas a gestionar adecuadamente los productos una vez finalizada su vida útil, fomentando una economía más limpia e inclusiva.
En el caso de Pavco Wavin, está el programa ‘Take Back’. Se trata de un servicio de recolección y reciclaje lanzado en 2023 con el que se busca darle una segunda vida a tuberías y accesorios de PVC usados. Este programa va en línea con el objetivo de promover la economía circular a través de la reducción de residuos de dicho material para convertirlo en materia prima para nuevos productos.
El país está en una trayectoria activa hacia la sostenibilidad y la economía circular en la gestión de plásticos. Aunque persisten desafíos en la implementación y la concientización ciudadana, las políticas y alianzas existentes proporcionan un marco sólido para que el reciclaje de materiales como el PVC juega un papel crucial en la construcción de un futuro más limpio y resiliente.