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Técnicas de aprendizaje rápido para universitarios: claves para mejorar el rendimiento académico

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Ingresar a la universidad representa un cambio importante en la vida de los estudiantes, ya que, este nuevo entorno exige asumir responsabilidades, adaptarse a dinámicas distintas y desarrollar habilidades que, con disciplina, pueden marcar la diferencia en el rendimiento académico. De hecho, según cifras del Ministerio de Educación Nacional, cerca del 47% de los estudiantes en Colombia abandona la educación superior en los primeros semestres, muchas veces por dificultades académicas y falta de adaptación.

En este contexto, aprender a estudiar de forma eficiente se convierte en una herramienta fundamental para alcanzar el éxito. Pero más allá de la técnica, es la motivación la que impulsa verdaderamente el proceso de aprendizaje. Según Paola Bernal, consejera estudiantil en UCompensar, mantener la motivación implica establecer metas claras que conecten con los intereses personales y el proyecto de vida de cada estudiante. Estas metas deben ser alcanzables y significativas, pues motivarse genuinamente favorece una participación activa en el proceso educativo.

Junto con la motivación, la salud mental cumple un rol determinante: “el estrés académico es una respuesta natural ante situaciones desafiantes. Sin embargo, es importante distinguir entre el Eustrés -que impulsa a la acción- y el Distrés, que puede generar ansiedad y bloquear el aprendizaje. Por eso, se recomienda aplicar herramientas de autorregulación emocional, mantener hábitos de sueño y alimentación saludables”, aseguró Peñuela.

El entorno de estudio también incide en la capacidad de concentración, por esto, la experta  sugiere destinar un espacio tranquilo, bien iluminado y ventilado, con una mesa amplia, silla ergonómica y todos los elementos necesarios. Incluso disponer de un tablero puede facilitar la planificación. La idea es reducir las distracciones y crear un ambiente propicio para el aprendizaje.

Adicionalmente, la gestión del tiempo es esencial, por lo cual se debe evitar estudiar bajo presión o solo el día antes de un examen. Peñuela recomienda aplicar técnicas como la Matriz de Eisenhower, que permite clasificar tareas por prioridad; el uso de planificadores con metas semanales o mensuales; y la técnica Pomodoro, que divide el estudio en bloques de 25 minutos con pausas de 5, ideal para evitar la fatiga mental.

Técnicas de estudio para aprender mejor

De acuerdo con Peñuela, existen métodos específicos que fortalecen la comprensión, la memoria y el repaso:

  1. Método Cornell: permite organizar los apuntes en tres secciones para sintetizar las ideas principales de una temática. Favorece el aprendizaje, la memoria a largo plazo y facilita el repaso para los parciales.

  2. Repaso espaciado: basado en la curva del olvido de Ebbinghaus, propone distribuir el repaso de los temas en sesiones progresivas durante varios días. Esto mejora la retención a largo plazo y disminuye la fatiga mental.

  3. Técnica 2LSERER: Integra siete pasos para mejorar la lectura y comprensión de textos complejos: lectura exploratoria, lectura comprensiva, subrayado, esquematización, resumen, evaluación y repaso. Es especialmente útil para temas teóricos extensos.

  4. Metacognición: implica la capacidad de reflexionar sobre cómo se aprende. Identificar fortalezas y debilidades permite adoptar estrategias de estudio personalizadas. Es el punto de partida para elegir las técnicas más efectivas según cada caso.

  5. Identificación del estilo de aprendizaje: se puede lograr mediante la autoobservación o con herramientas como el test VARK, disponible gratuitamente en internet. Según el estilo predominante, se sugieren diferentes técnicas:

  6. Visual: uso de mapas conceptuales, gráficos, infografías, subrayado.

  7. Auditivo: estudio en voz alta, grabación y escucha de audios, participación en debates.

  8. Lector/escritor: elaboración de resúmenes, lectura de artículos, redacción de ensayos.

  9. Kinestésico: aprendizaje a través de la práctica, juegos de rol y experiencias.

Finalmente, Peñuela recomienda acudir a los servicios de orientación y apoyo psicoeducativo que ofrecen las universidades. “Los profesionales pueden ayudar a detectar dificultades en el aprendizaje y proponer estrategias a la medida para potenciar el rendimiento académico”, expresó.