Después de la implementación, el proyecto VerdeVida cierra su primer ciclo dejando huella en más de 200 niñas y adolescentes de la localidad de Suba en el Distrito Capital. Este programa, liderado por la Fundación Santa Fe de Bogotá, la Fundación Otero Liévano y Novo Nordisk, concluye con resultados contundentes que demuestran cómo los entornos sostenibles, la educación en salud y el empoderamiento comunitario pueden transformar vidas.
La implementación de VerdeVida se basó en el modelo COM-B (Capacidad, Oportunidad y Motivación para el Comportamiento), una herramienta científica de cambio comportamental. A través de aulas vivenciales, huertas urbanas, pausas activas, retos por pares, tecnología aplicada, cambio en la experiencia de consumo de alimentos y consultas nutricionales con enfoque motivacional, fueron abordados factores que influyen en los hábitos saludables, logrando transformaciones sostenibles en las niñas y su entorno.
“VerdeVida ha sido mucho más que una estrategia de promoción de la salud: se ha consolidado como un modelo transformador con metodologías innovadoras que van más allá de las intervenciones tradicionales. Hoy podemos hablar de una experiencia con potencial de réplica en otras zonas de la ciudad y del país, capaz de generar cambios sostenibles en los entornos y en la vida de niños, niñas y adolescentes”, afirmó Omaira Valencia, subdirectora de Condiciones Clínicas de la Dirección de Salud Poblacional de la Fundación Santa Fe de Bogotá.
Resultados que inspiran.
VerdeVida dejó aprendizajes valiosos e impactos medibles que demuestran el poder de intervenir de forma integral en la salud y el bienestar de las niñas.
- Aumento del consumo diario de frutas, del 47,6% al 61,4%
- Incremento en la percepción de autoeficacia para mejorar la alimentación: pasó del 85,4% al 94,0%.
- En cuanto a la actividad física, se duplicó el tiempo semanal destinado al movimiento; más ganas de moverse. El 87 % dice que quiere hacer más actividad física (antes era 81 %); en otras palabras, casi 9 de cada 10 muestran intención de ser más activos.
- Adicionalmente, logramos un aumento del 5 % en la capacidad física, lo que significa más energía y resistencia para disfrutar mejor las actividades cotidianas.
- Gracias a una mejora en el consumo, ahora se desperdician menos alimentos, especialmente frutas y verduras. Esto permitió reducir a la mitad (49%) la huella de carbono por porción.
- Más del 88% de participación en espacios como la huerta urbana, el aula VerdeVida y actividades deportivas convencionales y no convencionales.
- La satisfacción emocional en consulta nutricional, el 64% se sintieron mejor al finalizar la valoración con entrevista motivacional.
- Desarrollo de capacidades STEAM (Science –ciencia-, Technology -tecnología-, Engineering -ingeniería-, and Mathematics -matemáticas-) con la estrategia ATHENA de la Fundación Otero Liévano usando la huerta como laboratorio experimental.
- El tiempo dedicado a uso de pantallas sigue siendo un desafío pues no se presentaron cambios en este indicador.
Respecto al estado nutricional:
- Los resultados de la primera medición indicaron que el 27% de la población presentaba exceso de peso, siendo el grupo de adolescentes donde más se presenta con un 33%.
Estas cifras son mayores a las reportadas por la última encuesta de situación nutricional ENSIN 2015 y los datos reportados para la ciudad.
Estos hallazgos evidencian una tendencia preocupante: el exceso de peso está desplazándose hacia edades cada vez más tempranas.
- Posterior a la implementación de VerdeVida se encontró una tendencia al mantenimiento del estado nutricional adecuado y una leve disminución de dos puntos porcentuales de la obesidad y el riesgo metabólico, el cual es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas.
Las niñas no solo mejoraron sus hábitos, también se convirtieron en multiplicadoras de bienestar. Experiencias como el concurso VerdeVida Chef, el uso de tecnología en la huerta urbana y la entrevista motivacional en consultas nutricionales propiciaron un cambio en su relación con la comida, el cuerpo y el medio ambiente.
“VerdeVida demuestra que es posible generar un cambio real en la salud pública desde la infancia, con acciones sostenibles y comunitarias”, afirmó Patricia Field, Gerente General de Novo Nordisk Colombia.
Este evento es un espacio de diálogo que reconoce la participación de todos los involucrados, muestra los logros alcanzados y los retos pendientes, y marca el inicio de la etapa en la que daremos seguimiento a los resultados y reforzaremos las acciones necesarias para consolidar y ampliar los avances.
Un modelo que merece ser replicado
VerdeVida integró acciones como la recolección de agua lluvia, el cultivo a nivel urbano para autoconsumo, y la participación familiar en el consumo de alimentos producidos
“Este proceso nos confirma que, cuando se crean experiencias significativas dentro de un entorno protector como la Fundación, las niñas y adolescentes se hacen partícipes de su proceso, apropian nuevas herramientas para cuidarse y para adquirir hábitos saludables que les ayuden a desarrollar todo su potencial y a liderar cambios en su comunidad”, expresó Salomé Mejía, directora de la Fundación Otero Liévano.
Este encuentro no marca un final, sino un punto de partida; los logros alcanzados nos impulsan a seguir trabajando con y por la niñez y la juventud de nuestra ciudad. No solo se celebran resultados, sino que constituye un llamado a la acción para gobiernos locales, entidades de salud, y organizaciones sociales que buscan respuestas efectivas frente a la obesidad infantil, el sedentarismo y la sostenibilidad en los entornos urbanos.
Sobre el proyecto VerdeVida
El proyecto inició a mediados de 2024 y tiene una duración de 12 meses, durante los cuales se parte del reconocimiento de las necesidades, motivaciones y oportunidades de las niñas y adolescentes para la adopción de hábitos saludables. Se implementa en la Fundación Otero Liévano, en Suba, Bogotá, a través de un trabajo conjunto que permite estructurar un plan de acción adaptado a su realidad. A lo largo de este periodo, más de 200 niñas y adolescentes participarán en actividades diseñadas para fortalecer su bienestar físico y emocional, con un enfoque integral y colaborativo que involucra a la comunidad y al equipo de la fundación.
La estrategia del proyecto se basa en tres pilares:
• Entorno sostenible mediante la implementación de una huerta y la mejora de la experiencia alimentaria, integrando prácticas como el consumo consciente, la optimización de recursos y la reducción de desperdicios.
• Estrategia educativa: Implementación de un enfoque pedagógico que fomente hábitos de vida saludables, integrando el consumo de frutas y verduras y la actividad física a través de cambios comportamentales y su incorporación en las dinámicas diarias de aprendizaje y desarrollo.
• Empoderamiento comunitario: Fortalecer la participación y capacitación de niñas, equipo de la fundación y otros actores de la localidad para impulsar comportamientos saludables y sostenibles, asegurando la continuidad y expansión de estas iniciativas en la comunidad.