Cada vez son más la cantidad de productos que utilizan energía eléctrica en nuestro hogar, basta con mirar a nuestro alrededor para observar la consola de videojuegos, el computador, la nevera o lavadora, por mencionar algunos, y con ellos, los riesgos que se presentan, en su mayoría invisibles y difíciles de detectar, los cuales elevan su gravedad en especial cuando no se permanece en casa.
Según Schneider Electric, la compañía líder en automatización y gestión eficiente de la energía, una de las tendencias indica que para el año 2025 se espera multiplicar por dos el consumo de energía en el sector residencial y, ante este factor, se deben tomar acciones para evitar accidentes.
Al tener más riesgos, en este caso de origen eléctrico, Oscar Sánchez, Jefe de Producto en Schneider Electric afirma que, “la gran mayoría de personas cuando planea estar un buen tiempo por fuera de casa, ya sea por un viaje de negocios o de vacaciones pasa desapercibida de detalles que al parecer no son significativos y que traen riesgos para su seguridad, como por ejemplo, dejar tomas eléctricas conectadas o no percatarse de la tensión de sus electrodomésticos y dañarlos al momento de conectarlos en otras tomas en el exterior, por esta razón es importante detectar las verdaderas causas del problema con anticipación”
Ante dicho contexto, el experto, da a conocer los tres riesgos principales en orden de gravedad que se dan en los hogares, los cuales actúan como agentes silenciosos y pueden resultar agresivos si no se detectan a tiempo:
- Electrocución: Es la sensación que tienen las personas al sentir “pequeños toques” y puede traducirse en una instalación en riesgo de cortocircuito, la cual es posible detectar de forma más sencilla y rápida.
Para este riesgo es indispensable el uso de protecciones para personas contra descargas de corriente de fuga (GFCI) o interruptores diferenciales (RCB), los cuales tienen un botón de prueba que se oprime para verificar su funcionamiento. Es importante contactar a un electricista de confianza para su instalación. Esta es la medida preventiva esencial a la hora de minimizar la electrocución, por contacto accidental.
- Afectación de los activos: El segundo y seguido riesgo invisible, se trata de uno de los más comunes y constituyen la principal preocupación para la mayoría de las personas debido a las pérdidas económicas que puedan ocasionar.
Las fallas en electrodomésticos o del sistema eléctrico, tienen su origen debido a la incorrecta instalación o uso de equipos que no están testeados o certificados bajo las normativas internacionales y locales. Por lo que, cada vez es más necesario tener constancia de esto en las adecuaciones que se realicen en el hogar y no llevarse una desagradable sorpresa.
- Incendios: Este último, es el riesgo de mayor gravedad. Por lo general 1 de cada 4 de estos, ocurren sobre todo cuando las conexiones de las tomas y el cableado de la instalación se encuentran deteriorados o bajo un fenómeno mejor llamado, arco eléctrico. Su detección se da la mayoría de las veces cuando ya se produce, por lo que no es tan fácil de detectar y si puede ocasionar graves daños.
La corriente eléctrica, debido a su conversión en calor (efecto Joule) es una de las más propensas a causar incendios, para prevenir incendios residenciales, es aconsejable utilizar protecciones termomagnéticas, las cuales protegen contra una sobrecarga el sistema, protegiendo los cables. En el caso de edificios residenciales es importante la revisión de los tableros eléctricos.
“Debemos tener en cuenta que el consumo de electricidad seguirá en aumento y por ende este tipo de riesgo, los cuales cada vez serán menos visibles y son necesarios detectar a tiempo para que sucedan graves daños” concluye Oscar.
Garantizar la continuidad del servicio de energía, además de brindar seguridad no solamente a la familia, sino a su patrimonio, es algo imprescindible en momentos en donde los riesgos son cada vez más variados y en los que las personas permanecen fuera de casa gran parte del tiempo.