En los últimos dos meses, el mercado inmobiliario en Colombia ha venido registrando comportamientos inéditos y retadores debido a factores como la inflación, el aumento del costo por metro cuadrado, la falta de vivienda formal y el alza en cánones de arrendamiento. Pese a estos fenómenos, la inversión en bienes raíces sigue siendo una de las de menor riesgo y una de las más idóneas para la creación de patrimonio, pues es un activo tangible que incrementa su valor en el tiempo.
Así, La Haus prevé que, desde ya y para los siguientes años, en el sector inmobiliario se empiezan a imponer varias tendencias y nuevas formas de inversión, que permitirán flexibilidad, menor volatilidad y mayor margen de rentabilidad.
1) Rentas de estancias cortas, alquiler turístico o casa vacacional: la destinación de inmuebles para fines vacacionales y recreativos será cada vez mayor, debido a que comprar una propiedad con fines turísticos se consolidará como una buena alternativa para la generación de ingresos pasivos y la jubilación, pues puede generar utilidad mensual sin tener que asumir grandes gastos operativos.
Esta modalidad resulta ser más cómoda y económica para el visitante o turista que el servicio de un hotel convencional. Además, se realiza a través de la figura de fideicomiso, la cual no requiere de escrituración y se recibe el pago del inmueble en dólares.
Por ejemplo, de acuerdo con datos del operador hotelero Welcome, Medellín pasó de tener una ocupación de inmuebles destinados a esta modalidad de 60% a una superior al 72%, del 2020 al 2023. En el caso de Cartagena, en 2022, el alquiler de este tipo de propiedades representó más de USD$14 millones; y, para el escenario de Santa Marta y Bogotá, se registró un aumento de 37,8% y 34,7%, respectivamente, en la oferta y comercialización de noches bajo este tipo de arriendo.
Algunas de las ventajas para quienes implementan este tipo de inversión son: mayor rentabilidad frente a un arriendo tradicional, generación de ingresos extras, seguridad, respaldo y recuperación de la inversión.
En cuanto a las rentas de estancias cortas, es una modalidad en la que se alquila una propiedad por periodos de tiempo reducidos, caracterizada por una gestión activa y constante del inmueble y por una alta rotación de inquilinos. Se diferencia por contemplar espacios de alojamiento por semanas o meses, en contraste con la vacacional, que suele ser por días.
Los inmuebles destinados a esta modalidad, normalmente, son gestionados por el comprador o por operadores, para ser posteados en sitios web especializados en alquileres de este tipo, como lo son Airbnb o Booking, entre otras.
La Haus, basada en datos de Grand View Research, prevé que la tasa de crecimiento anual compuesta de este tipo de rentas será de 5,3% entre 2023 y 2030. De hecho, según datos de MinTIC, la ocupación de alojamiento en este segmento fue de 55,65% para el 2022. Su crecimiento exponencial se debe a aspectos como, por ejemplo, el aumento de 114,7% en la cantidad de visitantes no residentes en el país, el incremento de los nómadas digitales y el crecimiento del sector turístico.
2) Propiedad fraccionada: la vivienda fraccionada es una nueva forma de inversión inmobiliaria que tiene como objetivo diversificar y hacer más asequible la inversión en bienes raíces. Los compradores pueden adquirir fracciones de propiedades, usualmente propiedades de lujo en ubicaciones con alto interés turístico, a un precio significativamente menor si se compara con el valor total del inmueble, para ser rentadas, y así generar utilidad.
Si bien los requisitos y formas de operación dependen de los proyectos y constructoras que implementen este modelo, es una inversión de alta rentabilidad y de riesgo medio-bajo, debido a los costos de entrada asequibles para el comprador, la posibilidad de inversión en zonas exclusivas en propiedades de lujo; y la operación, administración y mantenimiento por un tercero que vela y asegura el éxito de la renta del proyecto.
“En La Haus lanzamos el producto de La Haus Fraction, que justamente lo que permite es que los compradores adquieran la fracción de una propiedad que les de las mismas ventajas que una propiedad tradicional: generación de patrimonio y generación de ingresos, pero disminuyendo considerablemente el monto de inversión”, mencionó Rodrigo Sánchez-Ríos, cofundador de La Haus.
Desde La Haus, este modelo es y será tendencia durante las próximas dos décadas, pues se ajusta a las necesidades específicas del comprador con una relación beneficio/rentabilidad muy favorable. Asimismo, es una forma de inversión ideal para los jóvenes que desean empezar a construir un patrimonio, en un modelo pensado para aprovechar los beneficios de los bienes raíces por un monto asequible.
“El hecho de que sean propiedades con foco turístico, combinado con nuevas tecnologías como Airbnb, habilita poder tener acceso a un público y a una demanda que antes no existía, con retornos muy atractivos”, agregó Sánchez-Ríos.
3) Proyecto de inversión hotelera: adicional a las opciones anteriores, los proyectos que se consideran hoteleros también son una opción de inversión interesante para quienes buscan rentabilidad con una inversión inmobiliaria. Estos proyectos son gestionados por un operador hotelero, quien se encarga de velar por maximizar los recursos y propender por el éxito y rentabilidad del desarrollo.
Los inversionistas interesados en este tipo de unidades, que también son puestas en renta, se convierten en co-beneficiarios de las ganancias de las zonas comunes del proyecto, por lo que es una posibilidad idónea para quienes buscan beneficiarse del crecimiento del turismo.
4) Inversión en lotes: la inversión en lotes tiene un gran potencial de crecimiento, pues es posible personalizar la construcción que va a llevarse a cabo en el terreno y venderlo.
Para la compra de uno, es necesario tener en cuenta factores como la seguridad, que cuente con servicios básicos y comercios aledaños, pues estos repercutirán en el proyecto o construcción que se desee llevar a cabo, de acuerdo a las necesidades del inversionista.
“A través de estas opciones, se democratiza la inversión en vivienda y se permite a cada vez más personas fortalecer su capital y su patrimonio, al tiempo que generan rentabilidad ajustada al riesgo, ante un ambiente global complejo por factores como el alza en las tasas de interés y la inflación”, concluyó Sánchez-Ríos.